Muchos de nosotros consumimos cebolla con regularidad, pero ¿podemos compartirla con nuestro perro, gato o hurón (y cualquier otro carnívoro doméstico)?

Los beneficios de las cebollas para nosotros son muchos, pero la respuesta es NO, no la deben comer .

Esta es la razón:

Las cebollas están compuestas en parte de tiosulfatos, compuestos nitrogenados, que crean anemias hemolíticas en nuestros amigos de cuatro patas. Es decir, estas sustancias destruyen los glóbulos rojos que permiten el transporte de oxígeno en el cuerpo del animal, por lo que carece de este último.

Todas las formas son venenosas, tanto crudas como cocidas, en polvo o enteras, frescas o no , … También hay que tener cuidado con los platos preparados que muy a menudo lo contienen.

Una sola dosis pequeña puede ser suficiente para resultar tóxica: 11 g por kg de peso corporal (por ejemplo, si tu peludo pesa 10 kg, la dosis tóxica es 110 g de cebolla).

⚠️ ¿Cómo reconocer los síntomas?

– La orina es muy oscura , como el color de los «posos de café». Este signo se debe a la destrucción de los glóbulos rojos (que terminan en la orina). Estos son visibles de 12 a 24 horas después de la ingestión de cebolla.

– Dificultades respiratorias . Este síntoma se manifiesta por la disminución de los glóbulos rojos porque contienen «portadores» de oxígeno.

– Fatiga repentina e intensa .

– Mucosas amarillas o pálidas .

En caso de ingestión o sospecha de intoxicación, notifica a tu veterinario lo antes posible.

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