Las culturas antiguas valoraron los órganos internos por sus beneficios para la salud. Los consideraron “alimentos funcionales” que tienen efectos positivos sobre la salud y el bienestar. Históricamente, han sido apreciados como las partes más valiosas de los animales que se utilizan como alimento.
La terapia con órganos utiliza tejidos animales completos (órganos principalmente) para curar o mejorar el funcionamiento de los tejidos correspondientes del cuerpo. Cuando se ingieren, estos tejidos liberan valiosos minerales, vitaminas, enzimas y otros nutrientes que son específicos para promover la salud de ese tejido en particular.
Este tipo de terapia se basa en una teoría de «lo similar cura lo similar». Las células se sienten atraídas y se nutren de «células similares», incluso si son de una especie diferente. Por ejemplo, si alguien con un hígado dañado o desequilibrado come hígado, está ingiriendo nutrientes que pueden proporcionar a su cuerpo la combinación específica de aminoácidos y otros componentes básicos para reconstruir las células hepáticas funcionales.
Muchos terapeutas y nutricionistas usan órganos en combinación con otras modalidades holísticas como acupuntura, reiki, hierbas, esencias florales y dietas naturales. Los órganos funcionan sinérgicamente con las modalidades holísticas para promover la autocuración.
Estas son algunas de las indicaciones para el uso de órganos en perros y gatos:
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